A menudo, la juventud conlleva comportamientos impulsivos, imprudentes y hasta peligrosos. Lo lamentable es que estas conductas pueden acabar en tragedia. Continuamente escuchamos noticias de accidentes de tráfico que desembocan en invalidez o muerte.
Sgún las estadísticas los accidentes de tráfico son la principal causa de muerte de jóvenes a nivel mundial. Generalmente los más afectados son adolescentes entre 15 y 19 años, aunque la mayor parte de las víctimas no eran conductores sino ciclistas o peatones.
Las principales causas de estos accidentes son:
- Distracciones en la conducción o como peatón.
- Consumo de drogas y/o alcohol.
- Circunstancias de la conducción.
Las cifras son abrumadoras y muy reveladoras, entre 2014 y 2016, las muertes de jóvenes en accidentes de tráfico aumentaron un 15%, de 365 a 421.
Incluso las compañías aseguradoras son conscientes e incrementan las primas de los seguros de accidentes de los jóvenes.
Evidentemente, las familias y la sociedad en general juegan un papel esencial en la maduración de los jóvenes. Son los padres y los educadores los que tienen la responsabilidad de mostrarles las consecuencias de sus comportamientos impulsivos, imprudentes al volante.
Existe un elemento educacional a mejorar en temas como el uso de cinturones de seguridad, de cascos obligatorios, información sobre los peligros de la conducción bajo el efecto de sustancias como el alcohol y las drogas.
Intentar reducir estas cifras pasa por incentivar y mejorar los servicios públicos de atención e información a los jóvenes con problemas de consumo de drogas o alcohol, o de comportamiento.
Una encuesta llevada a cabo en 2016 por un conocido fabricante de coches sobre conductas de riesgo de los jóvenes al volante reveló lo siguiente:
- El 57% de los encuestados admitían haber superado los límites de velocidad.
- El 43% de los encuestados admitían haber enviado mensajes de móvil mientras conducían.
- El 16%, de los encuestados reconocían haber conducido sin cinturón de seguridad.
- El 13% de los encuestados admitían haberlo hecho bajo los efectos del alcohol.
No podemos olvidar el efecto de las redes sociales. Los jóvenes viven a través de ellas y estan constantemente conectados, o retransmitiendo su vida en directo lo que favorece distracciones fatales. Son imprevisibles y además se creen invencibles. Es evidente que forma parte de su crecimiento y de su proceso de maduración, pero los convierte en un peligro para los demás y para ellos mismos. Un seguro de accidentes cubre los posibles gastos económicos en caso de accidente que produzca una incapacidad o invalidez permanente.