Registro de seguros de coberturas de fallecimientos
Con el aumento de fallecimientos producidos por la pandemia de COVID-19 muchas personas se preguntan cómo saber si su familiar fallecido disponía de un seguro de vida o un seguro de accidentes con cobertura por fallecimiento.
Una vez que se produce la trágica pérdida de un familiar se han de gestionar una serie de trámites y en muchas ocasiones los familiares desconocen que el fallecido disponía de un seguro con cobertura por fallecimiento. Para conocer si la persona fallecida disponía de algún tipo de seguros existe el Registro de Contratos de Seguros de Cobertura de Fallecimiento, una herramienta poco conocida y que depende del Ministerio de Justicia
¿Cómo funciona el Registro de Contratos de Seguros de Cobertura de Fallecimiento?
En España existen alrededor de 21 millones de pólizas con cobertura por fallecimiento. El Registro de Contratos de Seguros de Cobertura de Fallecimiento recopila la información sobre los asegurados que proporcionan las aseguradoras, que están obligadas a proporcionar la identidad de los titulares de la póliza, no recogiendo a los beneficiarios de las pólizas, porque violaría la Ley de protección de datos.
Los seguros que se incluyen son los de vida, de ahorro, planes de jubilación y seguros de accidente y para acceder al registro se deberá acreditar el fallecimiento del asegurado. Tras pagar una tasa de 3,78€, el registro emitirá un certificado con los seguros que tuviese contratado el asegurado y las compañías de las que era cliente, tras lo cual, se podrá acudir a las aseguradoras para saber quién es el beneficiario.
El registro también emite notas informativas, para aquellas personas que, en vida, quieren conocer qué pólizas de seguros de vida o de accidentes tienen contratados, como por ejemplo los seguros vinculados a tarjetas de créditos, seguros o cualquier tipo de seguro que se haya obtenido por una promoción comercial y que el asegurado desconozca.
El registro se puso en funcionamiento en 2007 para que los beneficiarios de los seguros pudiesen conocer la existencia de dichas pólizas, ya que anteriormente se producían fallecimientos que estaban cubiertos por un seguro de vida o por un seguro de accidentes, pero los beneficiarios, por desconocimiento, no cobraban la indemnización contemplada en la póliza, quedando sus beneficiarios descubiertos ante la muerte del tomador del seguro.